Fatamorgana electoral

Cuando preguntamos a algún familiar o amigo: y tu ¿A quien vas a votar? Casi siempre nos responderá pues yo a Pedro Sánchez, otro a Pablo Iglesias, otros a Casado, a Rivera, etc. Pero no solemos caer en la cuenta de que en las elecciones no elegimos a nuestros gobernantes, queremos creer que votamos a alguien con nombre y apellidos, queremos creer que elegimos a esa persona, porque nos genera confianza, por su formación, experiencia, y todas las cualidades que podamos percibir en esa persona, su cara, sus gestos, y que hasta su forma de andar nos gusta, votamos por el y deseamos que nos gobierne durante los próximos años, pero nos hallamos ante un espejismo. Este sentimiento, tan propio y natural, que es el de poder elegir al Jefe del Poder Ejecutivo para la acción de gobierno del Estado, se ve secuestrado por un sistema que impide tal acción democrática por parte de la ciudadanía.

Este espejismo se nos muestra evidente cuando periodistas de toda catadura entrevistan a algún diputado, siempre se refieren a el como representante del partido de turno y no como representante de sus electores, a los que no conoce. Este hecho en si, ya genera frustración en la ciudadanía porque ésta no tiene consciencia de lo que significa un Diputado de Circunscripción. La ciudadanía cree, tiene Fe. Cree que elige al Presidente del Gobierno hasta que la frustración del día siguiente vuelva a alimentar su desánimo y alejamiento, porque su voto no decide nada, todo queda en manos de las élites de los partidos políticos, con una nueva formulación de algo muy antiguo: "Todo para el Pueblo pero sin el Pueblo" 

El otro día, en el debate de los chicos, nos decía el Presidente en funciones que si no había acuerdo posible, dejaran gobernar a la lista mas votada, a lo que Pablo Iglesias respondía: "no estamos en un sistema presidencialista señor Sánchez". Efectivamente el señor Iglesias tenía toda la razón, no lo estamos, pero queremos votar por alguien. La perversión de que sea el Legislativo quien nombre al Presidente del Ejecutivo, tiene consecuencias graves. Una es la usurpación del derecho ciudadano a la libre elección de sus gobernantes y la otra es la no separación de los poderes Ejecutivo y Legislativo. 

Nuestro sistema electoral, impide la elección directa de nuestros gobernantes y representantes políticos. El sistema proporcional permite que 40000 personas tengan mas peso político que 300000 por haber nacido o residir en otro lugar. Esto siempre suele favorecer la visión mas conservadora del medio rural y su voto, con mucho mas peso que el voto urbano, prevalece sobre éste.

Tiene apariencia de democracia, tiene apariencia de representación, tiene apariencia de separación de poderes. pero no es mas que un sistema de libertades individuales. No hay libertad política colectiva.