Contratos y representación.

Cualquier persona sabe lo que es un contrato, una obligación que compromete a las partes y se somete a los tribunales en caso de litigio. Cuando alquilamos una vivienda firmamos un contrato que protege mediante sus cláusulas a cada parte. Cuando, como era mi caso, haces un contrato de representación con una oficina de management para que te represente, quedan también muy claras las cláusulas que obligan a cada parte.

Al mas mínimo incumplimiento podemos demandar y ejercitar nuestro derecho pero...¿Por qué no podemos demandar o exigir el cumplimiento de sus compromisos a nuestros representantes políticos? Si me representa y le pago por ello, ¿por qué incumple su compromiso? Responderé primero a la segunda pregunta, como si me lo preguntase Groucho Marx.

Porque nuestros políticos no nos representan. La representación política es también un contrato, incumplido legislatura tras legislatura durante cuarenta años. Nuestros representantes políticos no nos representan a nosotros, representan a su partido y mas concretamente al Jefe de su partido en cada coyuntura. Muchos me podrán decir, pues a mi me representa tal partido o tal otro y yo les responderé: tu te identificas con ese partido pero no eliges a tu representante, por lo tanto, por mas que te identifiques con el, nunca te representará.

En España, la representación política está prohibida de facto por la Constitución, ya que la deja en manos de los partidos. Pero no solo eso, también el sistema proporcional que padecemos complementa esta prohibición al dejar cientos de miles de papeletas que no van a ninguna parte, se quedan en el limbo de las proporciones. Estos cientos de miles de papeletas son cientos de miles de voces calladas. La tuya lector, puede ser una de ellas. En el sistema proporcional no existe eso de »una persona, un voto«

Nuestro representante político tampoco nos representa porque no nos conoce, no lo hemos elegido nosotros, tampoco lo conocemos nosotros a el. Lo ha puesto el Jefe en su lista. ¿Se presentará por Huelva? ¿Quizás por Segovia?. No nos conoce, no conoce a nadie de su circunscripción, mucho menos las aspiraciones de los ciudadanos a los que dice representar. No conoce sus calles, ni el estado de los servicios que sean de su competencia, no ha presentado ningún programa electoral para su circunscripción. El siempre hará caso a su Jefe aunque esto sea contrario a los intereses de su distrito electoral. Una pregunta, ¿les suena esto de la España vaciada? No conseguirán nada con manifestaciones anuales porque no están representados. ¿Qué sabe el diputado del partido por la circubscripción de Guadalajara o Soria o Teruel de su circunscripción, antes de presentarse por ésta? Nada.

La cacareada voluntad popular no existe, está secuestrada por los partidos estatales que mediante sus fórmulas, chanchullos y enjuagues solo buscan el Poder, en la proporción que »nos den las urnas«.

Para terminar, responderé a la primera pregunta. Nada les podemos exigir y mucho menos reclamar. Nos han engañado, hemos firmado un contrato falso que solo compromete al ciudadano.